¿Hacemos ejercicio mientras dormimos?

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Dormir y perder peso son acciones, aunque no lo creas, íntimamente relacionadas. Ocho horas de sueño podrían ser la pieza clave que le falta al puzzle de nuestra pérdida de peso.

Hacemos todo lo que podemos a lo largo del día para mantener la línea. Cocina saludable, dietas, ejercicio… etc. Pero ¿no estaremos obviando cuidar una parte del día, fundamental para perder peso?

A la hora de dormir, es cuando finalmente desconectamos recargamos las pilas y nos recuperamos. Mientras descansamos, también ocurren procesos metabólicos importantes en nuestro organismo, y se trata de un período fundamental para la pérdida de peso.

Existen ciertas hormonas que juegan un papel fundamental en la sensación de saciedad: son la leptina y grelina. A éstas, le afecta negativamente la falta sueño. Además esta privación de sueño puede causar también una alteración de la tolerancia que tiene el cuerpo hacia la glucosa y la sensibilidad del mismo hacia la insulina. Estas sustancias determinan la forma en que el cuerpo procesa los hidratos de carbono que se encuentran en los alimentos,  para convertirlos en energía o acumularlos y transformarlos en forma de grasa.

Por otro lado, el déficit de un sueño placentero, conlleva un incremento en el cortisol. Esta hormona se produce como respuesta a una situación de estrés externo y parece que el organismo interpreta el déficit de sueño como una amenaza. Esta sustancia impulsa el almacenamiento de grasas (por supuesto en los lugares que odiamos) y conlleva la pérdida de músculo. Otros déficits hormonales relacionados con la ausencia del sueño, contribuyen a la pérdida de masa muscular. Bajos niveles de testosterona (en hombres y mujeres) están asociados con la ganancia de grasa y la pérdida de músculo. Además la hormona del crecimiento (cuya síntesis en organismos jóvenes y no tan jóvenes, se produce solo durante el sueño) trabaja conjuntamente con esta última en la regeneración del tejido muscular y celular, por lo que mantener unos niveles óptimos nos ayudará a sentirnos jóvenes y en forma.

CONTROL DE CALIDAD DEL SUEÑO

¿Y tenemos que dormir  necesariamente 8 horas? Dice aquel refrán “más vale poco bueno, que mucho malo” y en lo que a dormir se refiere no talmente es así, aunque si hay parte de verdad:

-En un período de descanso de duración media de ocho horas, dos horas deberían pasarse en un sueño profundo y seis en un sueño ligero. La falta de actividad de ondas lentas (sueño profundo) parece que puede hacer que el descanso no sea todo lo restaurador que debiera. Es justo durante esta fase, cuando se producen la mayoría de hormonas que facilitan la regeneración.

-Gran parte de la energía corporal se regenera durante la etapa de sueño profundo y esto mejora tus habilidades locomotoras. La falta de un sueño de calidad, por lo tanto, puede conllevar potencialmente a un aumento de los desmayos, daños físicos, accidentes, etc.

– Además otro dato, relacionado calidad del sueño para mantener en forma nuestro cerebro ( “mens sana in corpore sano”). Durante la fase profunda de sueño, las áreas del  cerebro que están asociadas a la memoria se activan y recopila toda la información que se ha recogido a lo largo del día. Por lo que las ondas lentas del sueño, parecen jugar un papel fundamental en la calidad de nuestra memoria.

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