El trastorno autista, es un trastorno psicológico y del neurodesarollo que suele aparecer a una edad temprana, en torno a los dos años, aunque a veces puede llegar a pasar inadvertido hasta unos años más tarde.
El trastorno del espectro autista
No todos los niños con trastorno autista presentan exactamente los mismos síntomas o dificultades, sino que la gravedad de estos va a depender también de otros posibles trastornos que estos niños puedan tener de manera conjunta.
Por ejemplo, muchos niños con trastorno autista tienen también una discapacidad intelectual, presentando dificultades para el razonamiento, la resolución de problemas, la planificación, el aprendizaje, etc. Unas dificultades causadas por el autismo que les ocasionan aún más problemas de cara al desempeño o rendimiento académico a la comunicación, o la participación en actividades sociales.
El trastorno autista y el sueño
Las alteraciones del sueño constituyen otro de los problemas frecuentes en los niños con trastorno autista. En general, se ha observado que los niños con autismo tardan más en quedarse dormidos, duermen menos y tienen, en resumen, una menor eficiencia de sueño que otros niños sin este trastorno. Sin embargo, es destacable sobre todo el hecho de que un alto porcentaje de estos niños puede sufrir de insomnio crónico.
El trastorno autista, además de las consecuencias negativas que ocasiona para estos niños, termina repercutiendo también a sus familiares, ya no solo en cuanto a la calidad del sueño de estos sino también en cuanto al nivel de estrés. Por consiguiente, corregir los problemas de sueño en los niños resulta fundamental tanto para evitar que estos problemas empeoren sus síntomas (haciendo que se encuentren más irritables, muestren más comportamientos repetitivos o presenten niveles más altos de hiperactividad), como para mejorar el bienestar de sus allegados.
Posibles soluciones para los problemas de sueño en niños con trastorno autista
En los casos de autismo, existen varias medidas que podrían ayudar a estos niños a mejorar su calidad de sueño. Por ejemplo, entre las intervenciones que se están utilizando en la práctica clínica se encuentran:
- La ingesta de melatonina, que ha demostrado ser bastante útil.
- El uso de otros tratamientos farmacológicos.
- Otras terapias alternativas (ejemplo, la aromaterapia).
- Las intervenciones conductuales, entre ellas aquellas enfocadas a la adquisición y mantenimiento de unas pautas adecuadas de higiene de sueño.
No obstante, son necesarios muchos más estudios que permitan demostrar la verdadera eficacia de muchas de las estrategias de tratamiento del trastorno autista disponibles actualmente.
Alejandro Guillén-Riquelme, es Doctor en Psicología por la Universidad de Granada. En la actualidad es investigador en el Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada. En este centro es responsable del Laboratorio del Sueño y Promoción de la Salud. Durante su formación ha realizado el Máster de Diseños de Investigación y Aplicaciones en Psicología y Salud, así como varios cursos sobre metodología, estadística e investigación. A lo largo de su carrera destaca el estudio de la evaluación de la ansiedad, siendo coautor de la adaptación española del STAI, el séptimo cuestionario más empleado en España. Ha participado en cinco proyectos de investigación y ha publicado 30 artículos (27 de los cuales en revistas indexadas en el Journal Citation Reports).
Amparo Díaz Román. Doctora en Psicología por la Universidad de Granada. Es investigadora colaboradora en el Laboratorio de Sueño y Promoción de la Salud, dentro del grupo de investigación Psicofisiología Clínica y Promoción de la Salud (CTS-261). Su tesis doctoral estuvo enfocada al estudio de los problemas de sueño y de rendimiento cognitivo en niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Entre sus publicaciones destacan un meta-análisis sobre los problemas de sueño en niños con TDAH y el primer meta-análisis realizado sobre los problemas de sueño en adultos con TDAH.