Uno de ellos es la hipersomnia idiopática y vamos a conocer de qué se trata. Es un trastorno del sueño cuya causa aún se desconoce (a esto hace referencia el término idiopática). Algunos estudios han encontrado que el 5% de los pacientes con problemas de sueño que van a una unidad de sueño tienen este trastorno y suele iniciarse entre los 15 y los 30 años.
Las personas que lo padecen sienten un sueño de forma excesiva durante el día, ya que aun cuando durante la noche hayan dormido un número de horas normal (6-10 horas) o incluso excesivo (más de 10 horas), este sueño no es reparador. En este caso, es importante diferenciar este trastorno con otros trastornos del sueño que también presentan somnolencia, como por ejemplo la narcolepsia o la apnea del sueño. Además es importante diferenciarla de personas que tienen un patrón de sueño largo, es decir que necesitan dormir más de nueve horas diarias, sin padecer ningún trastorno de sueño; en este caso la persona al despertar se siente realmente descansado y no tiene más sueño de lo normal a lo largo del día.
En pacientes con hipersomnia el sueño excesivo está presente durante gran parte del día; aumenta cuando realizan actividades que requieren poca actividad (como por ejemplo ver la televisión, leer…), que no tienen interés para ellos, y después de las comidas y desaparece o disminuye con la realización de alguna actividad interesante. Esta sensación de sueño es molesta, pero no llega a ser irresistible, como ocurre en la narcolepsia. En los momentos durante el día en los que la persona con hipersomnia siente sueño, normalmente son capaces de resistirlo y no dormirse. Sin embargo, cuando finalizan la jornada laboral del día pueden dormir varias horas o hasta la mañana siguiente si nadie los despierta. La duración de las siestas que realizan durante el día es otra la diferencia con la narcolepsia, siendo más largas en la hipersomnia (varias horas) que en la narcolepsia (entre minutos y hora), además en el caso de la hipersomnia no hacen que el paciente deje de sentir sueño.
Podríamos pensar que estos pacientes se quedan dormidos rápidamente cuando se van a la cama por la noche. Concretamente, una gran parte de estos pacientes se duerme con gran rapidez, pero otros lo hacen de forma normal o incluso llegan a presentar dificultades a la hora de dormirse. Durante la noche, el sueño de estos pacientes es muy profundo y la gran mayoría de ellos no recuerda al despertar lo que ha soñado, tienen la sensación de que no tienen sueños. Sin embargo, si son estudiados en una unidad de sueño y se les despierta después de la fase en la que soñamos (sueño paradójico), pueden contar fácilmente qué estaban soñando. Durante la noche duermen un número de horas que está dentro de los rangos normales en la población general (6-10 h) o incluso más de lo habitual (más de 10 h).
Por la mañana tienen dificultad para despertarse; incluso muchas veces no escuchan el sonido del despertador, llegando a utilizar varios de estos en diferentes sitios. Aun así, en muchos casos tienen que ser despertados por algún familiar, y esta tarea puede llevar entre 15 y 60 minutos. Esto puede ocasionar problemas laborales, ya que pueden llegar tarde al trabajo de forma repetida. Una vez que logran despertarse, siguen teniendo sueño y esta somnolencia puede durar varias horas. Este estado de somnolencia al despertar se ha llamado “borrachera de sueño”. Si se hace un estudio de sueño durante este estado se observa que la persona esta despierta, pero se producen periodos muy cortos de tiempo (segundos) en los que la persona se duerme de forma involuntaria, lo que se ha denominado microsueños. Esto puede suponer un peligro en los casos en los que el paciente tenga por ejemplo que conducir antes de que se pase el estado de “borrachera de sueño”, ya que podría tener algún microsueño al volante y provocar un accidente. También pueden presentar dificultades de movimiento, por ejemplo, siendo incapaces de meter una llave en una cerradura. Una vez que pasa la “borrachera de sueño” el estado de estos pacientes es normal.
Un estudio de sueño es necesario para descartar que la somnolencia sea debida por ejemplo a la presencia del síndrome de apnea del sueño y la narcolepsia. Generalmente, los pacientes duermen durante horas y su sueño no es reparador.
Para prevenir problemas asociados se recomienda evitar el consumo de alcohol y medicamentos que puedan empeorar los niveles de sueño, evitar el manejo de vehículos a motor o el uso de equipo peligroso así como el trabajo por la noche o las actividades sociales que retrasen la hora de acostarse.
Con respecto al tratamiento se recomienda mantener horarios y rutinas regulares de sueño y durante el día, es decir, levantarse cada día a la misma hora y realizar las mismas tareas: asearse, desayunar, ir al trabajo…; realizar algún ejercicio físico suave, al mediodía o por la tarde, tres días por semana: por ejemplo, andar 45 minutos; controlar el tipo de alimentación y realizar pequeños períodos (5 min. dos veces al día) técnicas de relajación.
Por lo tanto, no todos los trastornos de sueño van en la dirección de dormir poco, y el dormir mucho puede estar indicando la presencia de algún tipo de trastorno de sueño, sobre todo si al despertar no nos sentimos descansados y sentimos malestar durante el día. En estos casos se recomienda acudir al especialista para que se estudie cual es el problema y se adopten las medidas necesarias.
Gualberto Buela Casal. Catedrático de Psicología Clínica y director del Laboratorio de sueño del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC).
Eva Hita Yáñez. Doctora en el programa de Neurociencias y responsable del Laboratorio de sueño del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC).